EL PRINCIPE DE LA CORONA DE GEORGIA RINDE HOMENAJE A LA MONARCA MAS CONOCIDA EN EL MUNDO

En Kensington Palace, el día 8 de marzo del 2017, pasó algo realmente único, algo histórico, algo muy particular y por tanto excepcional Su Alteza Real Davit Bagration Mukhrani Batonishivili, Príncipe de la Corona y Jefe de la Casa Real de Georgia, , Jefe Soberano Hereditario de las Órdenes Dinásticas de Georgia, es el Heredero Legitimo y  la cabeza visible de de una de las dinastías más antiguas en el mundo que han sobrevivido el paso de los tiempos, en uso de sus atribuciones,  entregó a Su Alteza Real el Príncipe Ricardo, Duque de Gloucester, el Gran Collar de la Orden Real del Águila de Georgia,  para ser presentado y regalado en Su nombre  a Su Majestad Británica la Reina Isabel II.

Como es sabido, Su Majestad la Reina Isabel II del Reino Unido de Gran Bretaña y de Irlanda del Norte, y Soberana de los países de la Commonwealth ha reinado durante mas de 65 años, lo que le lleva a ser la monarca mas antigua en ejercicio de  todo el mundo, y también la que ha tenido  el reinado más largo en todo el orbe.  Una soberana con una Fé cristiana firme y solida, que  ha vivido cinco pontificados, y acontecimientos como la descolonización de muchos países dentro del Commonwealth, el nacimiento de la Unión Europea,, la caída del muro de Berlín si como hechos históricos que llenan con intensidad una larga y fecunda  vida de 90 años en la cumbre de la realeza europea y mundial  al servicio honrado y leal de su pueblo.

Lo ocurrido  es sin ninguna  duda un hecho sin precedentes  en la historia de Europa  ya que la Monarca de 16 países y jefa de la Commonwealth de las Naciones, una organización mundial de 52 países, ha  aceptado y recibido con agrado  una Orden Real de un Príncipe no coronado.  Además, este hecho, dadas las circunstancias antes apuntadas,  no ha ocurrido solo en el Reino Unido, sino también en Australia, en Canadá, en Nueva Zelanda, en Jamaica, en Barbados, en las Bahamas, en Grenada, en Gibraltar, en Jersey, en Guernsey, en la Isla de Man, en Papua Nueva Guinea, en las Islas Salomón, en Tuvalu, en Santa Lucia, en San Vicente y las Granadinas, en las Malvinas, en Belize, en Antigua y en Barbuda, en San Kitts y Nevis, y en todos los demás territorios y reinos de los que S.M. la Reina  es Soberana.

Fue una iniciativa  de la Casa Real de Georgia, un pequeño/gran   país  que va acompañado con una historia gigante,  la de  honrar a la Monarca  que es un ejemplo vivo para todos los Reinos, Principados y países del mundo.  Un ejemplo de dignidad, de honor, de tradición, de firmeza, de realeza, de señorío y a la vez, de sencillez inusitada y de buen gusto.  En un mundo más laico y secular que nunca, Su Majestad jamás  ha sido tímida en pronunciarse sobra su Fe, firme y a la vez totalmente tolerante hacia  los demás. Ha sido y es ejemplo vivo para los gobernantes en general y para Su pueblo en particular.

Acompañado por su séquito que estaba compuesto para esta ocasión  por  el Gran Canciller de la Real Casa,  Alfredo Escudero y Díaz Madroñero, Duque de San Jorge y Marqués de Gori, por el Enviado Especial cerca de Su Majestad, Sir Robert George Alexander Balchin, Lord Lingfield, y por el Fiscal y Refrendario de la Casa Real, Aarón Gabriel Paul de Giorgio, Barón de Giorgio, Su Alteza Real el Príncipe de la Corona de Georgia fue recibido para tal finalidad,  en los salones privados de su casa, el Palacio londinense de Kensington, con toda cordialidad por Sus Altezas Reales los Duques de Gloucester en una ceremonia intima

El Duque de Gloucester es primo hermano de Su Majestad, un caballero con tradición y estilo impecables, que tiene  la enorme responsabilidad de la Venerabilísima Orden de San Juan de Jerusalén, que junto con la Soberana Orden de Malta  son las  ordenes de caballería más grandes y más activas del  mundo.  Sus Altezas Reales fueron anfitriones perfectos y estuvieron especialmente receptivos con el Príncipe de Georgia que se sintió en todo momento magníficamente atendido con estos gestos solemnes y sencillos a la vez, Georgia sigue restableciendo por toda Europa y el resto del mundo los lazos de buenas relaciones que se extinguieron durante los largos años de la dictadura y el horror  soviéticos, continuando así el renacimiento hacia una nueva  época de esplendor de esta gran nación y de  un pueblo tan noble y antiguo como lo es el georgiano.

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